En los últimos años se viene observando un aumento muy significativo en la proliferación de MOHOS (Trichoderma, Penicillium…).
Cuando un aserradero despieza un árbol en rollo para obtener tablas y tablones, esta madera siempre estará sujeta al ataque de HONGOS y de MOHOS, pues en el ambiente están presentes distintas concentraciones de las esporas de estos microorganismos. En función de la época del año las concentraciones de esporas son distintas y así, el riesgo de ataque, y su virulencia, también varía.
En los últimos años se viene observando un aumento muy significativo en la proliferación de MOHOS
(Trichoderma, Penicillium…). Una de las explicciones que toma mas fuerza es la proliferación de la llamada “agricultura ecológica” y la utilización de agroquímicos de origen biológico que emplean a mohos como agente activo (los más usados son del género Trichoderma y Penicillium) que pretenden proteger a los cultivos de ciertos ataques de hongos (por competencia directa).
Estas colonias de MOHOS que de por sí no son nocivos para las cosechas ni para los seres humanos están creando un grave problema en todo el mundo al Sector maderero.
Las esporas del moho están presentes en el ambiente: en el agua, en el aire, en la vegetación, en el suelo…pueden proceder de residuos, patio de troncos, bosques, agua estancada, arboles enfermos… las esporas son invisibles al ojo.
Hay que tener en cuenta que muchos de estos microorganismos no responden, en su mayoría, a los tratamientos convencionales contra el azulado. Por lo que hay que buscar el biocida adecuado para controlar cada tipo de MOHO.
La presencia de moho en la madera no afecta a la estructura ni a las propiedades físicas de la madera, pero modifica severamente su apariencia y calidad estética provocando una gran disminución de su valor económico.
Los mohos aparecen como crecimientos amorfos en la superficie de la madera con una amplia variedad de colores y apariencia. La coloración puede ir desde el blanco, rosa, marrón, verde hasta negro.